viernes, 9 de abril de 2010

La Virgen



(Finalmente, recibe mencion el cuento sin título de Gerardo Esparza. lashistorias.com.mx)

Milenios después, cuando el mundo se había transformado, ella regresó. Envuelta ahora en el velo amarillo del arcángel Gabriel era la portadora de las buenas nuevas. Ya no habría Mesías porque la última reencarnación terminó en escarnio público en un cerro de Iztapalapa. Ella no volvería a someterse a las dudas sobre su virginidad, sobre lo imposible de parir seres divinos de forma impoluta, pulcra, sin mancha. Estaba cansada de ser multiplicada en formas absurdas, retratos multicolores, secuestrada por seres vestidos con casullas.
Jamás recorrería Oriente medio a lomos de un burro. En tiempos de Jihads y marines eso ya es muy riesgoso.
No habría pues una nueva venida del Salvador.
Volvió solo para dejar claro que las plagas divinas ya se habían esparcido sobre la sucursal del paraíso que menos utilidades en forma de oración redituaba. A eso volvió, solo a eso.

Gerardo Esparza