lunes, 5 de abril de 2010

El Otro

“EL OTRO es un país.
El otro es un signo de interrogación sin fondo que produce vértigo. Una fotografía nueva para ser descubierta con otra mirada. Aprender a ver el mapa del otro. Refinar la mirada; ajustar el peso de la mirada. Los espejos no son abominables, sino los ojos. Lo que tus ojos ven puede matarte. El otro te mira y te espera desde el hielo y el azogue. El otro espera en el país de la muerte.

Los ojos dividen, categorizan, separan. Los ojos multiplican. My divided eye. My divided I. La luz de vela a punto de extinguirse que borrará mi rostro del espejo. La ligereza helada de luz. Para descubrirte me tengo que volver ligero como la luz. Refiltrar la mirada. No seas mi espejo. Tengo que quedarme sordo y tengo que quedarme ciego para comenzar a entender. Para comenzar a despojarme de ti. Perderé la vista en la isla de los mil y un espejos. Viajaré al otro.

Viajaré al otro como si ese otro no fuese una tierra prometida, sino simplemente una tierra más entre las muchas del planeta. No quiero encallar en la isla de los espejos abominables. No quiero el espejismo de una realidad fácil, predecible. Prefiero la certeza de saber que en primer lugar esta la duda, y después todo lo que resta es producto del tamaño del engaño y la credulidad. Caminaré con pies descalzos sobre la duda. No brasa ni el hielo. No la arena candente de un desierto improbable; no la quemazón de una Antártida del fin del tiempo en la planta de los pies. Yo soy el otro. Soy letra. Soy signo.

Arribaré a la otra costa de mi ser cruzando a tientas el territorio desconocido de mi piel. Saltaré para salir, escapar de mi piel. Saltaré desde el puente de oro de mis dudas hasta el fondo de la nada. El salto me conducirá a mi propia tierra incógnita.”

Juvenal Acosta “Terciopelo Violento”