miércoles, 7 de abril de 2010

De Shaggy para el Señor Júpiter

No se meta demasiado a clases. No si quiere escribir.
Aléjese de la macana de los grandes auditorios, de la lengua de los reflectores, del snooze de la cátedra.
No hay nuevos talentos, hay, en todo caso, ganas de coger con mujeres asimétricas, de tomar cerveza y de comer en un país distinto cada semana.
EL orden no es tan necesario como decía Flag's.
Aquí se desconoce la amistad por falta de discernimiento.
Se corta el cordón umbilical.
Aquí es cuando se fractura el período inflexible.
Se pulsa el arco y no pasa nada.

La mejor línea florea en la superficie de la décima hoja de apuntes.
En una octava de sudor el impulso homicida...
Y como un extraño regalo del sueño la noche.


No estamos muertos!
Nuestra orina aún gotea de la orilla de los mingitorios de la universidad, los escritorios siguen con las costras blancas como pruebas de semanas y semanas de parranda y compañeras y maestras atestadas de maldad y brasas.
El hígado va perdiendo días, grados, como nuestra memoria.

Pero no la lucidez mental, ni el albur, ni la vitalidad de la risa.

Aunque sepamos que no es por poco tiempo.
Y que la vida, como decía Bolaño, no es tan corta como se piensa.


NB. En vez de rap me salió puro trash ca'
Cuídese. Ahí andamos.