miércoles, 28 de julio de 2010

La verdadera (falsa) teoría de: A-mor

Dices: “es una palabra que viene del latín, compuesta por dos partículas.”
Dices: “a significa sin y mor es una contracción de la palabra mortem.”
Dices: Amor significa sin muerte. Dices más y yo te veo trazar caminos paralelos y contradicciones. Dices que A-MOR podría significar también “de o desde la muerte.” Yo, tiemblo ante tu cabeza-diccionario. Dices más y luego olvidas. Pero yo no puedo dejar de temblar, no puedo decirte que en la búsqueda yo me encuentro con la carne, con esa primera herida que vuelve banales tus suposiciones y etimologías. Yo sonrío ante ti y te digo que sí, que seguramente la palabra A-mor tiene que venir o ir hacia la muerte, tiene que desgarrarnos todas, tiene que…

ese es el mandato, esa la heteronormatividad obligatoria. Esa es la consigna: dejar, sacrificar, soltar la voluntad, permitir ser gritos, lágrimas, heridas.

Yo te digo que sé, que los nudos en la garganta y el boxeo de las moléculas ante la oxitocina no tienen palabras.

Yo te digo que el A-mor nos pide que hagamos de la caída un oficio insoslayable,
que el A-mor nos pide que nos derrumbemos dentro, que no haya otra forma posible de sobrevivir al vacío que vaciar al otro, esas son sus lógicas, esos han sido sus credos que dejan indefensa y mujerizan, sus narrativas, sus tecnologías del género, la vulnerabilidad injusta sobre mi cuerpo y esta lucha que no


Saber saturadamente que cuando dices A-mor me pides que cumpla una obligación kamikaze.

Me niego a hacerlo.

Sayak Valencia Triana