lunes, 10 de mayo de 2010

Soles Negros

Texto (inconcluso) por Ana y Gerardo

Al mirar tus ojos, al perderme en tu sonrisa, descubrí tus malditos frutos negros con olor a fin del mundo. Absurdos frutos de luz, sobre raíces de esperanzas muertas, corroídas; sostén de árboles muertos, de pie, llenos de tu fruta maldita, hueca, ausente, nacida de la promesa, promesa conjugada en el engaño regada por nubes negras llenas de agua pestilente.

Eres árbol que de a poco me habita, me inunda y se apodera de mis extremidades, hoja a hoja soy árbol muerto, habitado por fruta rancia, extraño paisaje de naturaleza muerta en humanidad difunta, y, sin embargo, del centro de la muerte, toda concentrada en mi interior, una luz parpadea y sale por mi boca, destellando en mis pupilas, calcinando mis palabras... de la muerte viene un palpitar y la vida brilla como condena

Mi corazón, antes fruto de sol, hoy se inunda de negros silenciosos, de cadencias apagadas, de muerte, siempre de muerte. No renace la luz en mi, no hay brillo mío... es resplandor moribundo, de eclipses frutales y frutos venidos de soles apagados.